Cultivos de miel de campo
Para la apicultura son de un valor excepcional y cultivos de campo, especialmente alforfón y girasol.
Un campo de alforfón es un océano blanco de inflorescencias. Y encima un olor a miel espesa. Más de un mes esta valiosa cultura de los cereales florece. El alforfón se conoce desde hace tiempo como una buena planta de miel. En el período de su floración masiva, las colonias de abejas traen un día 5-6 e incluso 8 kg de néctar de trigo sarraceno. “Con alforfón”, dicen los apicultores, “sin un fallo de encendido”. Las abejas están casi en cada inflorescencia. Recogen néctar y polinizan plantas. Sin polinización cruzada, el alforfón no ata las semillas. En cada grano se colocó el trabajo de agrónomos alados. Coma gachas de alforfón, no se olvide de alabar y la abeja.
Las flores de alforfón producen néctar principalmente por la noche y por la mañana. Por lo tanto, las abejas están trabajando intensamente en el campo de trigo sarraceno hasta el mediodía. Y en la segunda mitad del día, apenas los verás allí. La miel oscura de alforfón con un sabor y aroma especial no se puede confundir con ninguna otra. Le da un sabor peculiar a pan de jengibre y alfombras, en el que se agrega especialmente miel de trigo sarraceno. Contiene muchos micronutrientes, por lo que se considera muy útil. Con buen clima y suficiente humedad durante el período de floración, las familias de trigo sarraceno recolectan 50-60 kg de miel.
Estas plantas dan miel
Las flores dan alimento a las abejas: néctar y polen, y las abejas como polinizadores, como agradecimiento, les ayudan a dar fruto.
El cuerpo peludo y densamente cubierto de una abeja y sus patas está adaptado para capturar una multitud de polvo diminuto, de pocos micrones, y no los pierde durante el vuelo. Los escarabajos de las abejas, su longitud y estructura brindan la oportunidad de obtener el néctar de los nectarios, donde sea que se encuentren: en un pistilo o sépalos, en el pedúnculo o en la base de los estambres.
Es digno de mención que las plantas secretan néctar en un momento en que el polen madura y las anteras estallan. El néctar atrae, por así decirlo, a los insectos, que transfieren el polen de flor en flor y de ese modo proporcionan polinización.
Las abejas trabajan igualmente hábilmente en cualquier tipo de flores: en avellanas, inflorescencias de diente de león, cestas
Girasol, cabezas de trébol, cepillos de tilo caídos. Las plantas y las abejas melíferas están bien adaptadas entre sí. Entre un gran número de especies de plantas con flores hay aquellas que emiten una gran cantidad de néctar. Los apicultores los llaman los principales medos. De ellos, las abejas cosechan su miel en la reserva.
Cultivos de miel de campo